¿Por qué contratar un servicio sexual?

¿Por qué contratar un servicio sexual?
Porque… pues salud y paz mental.

Photo by Rodolfo Clix

Cuando hablamos de ‘servicio sexual’ nos referimos a contratar, ya sea una escort, una acompañante, una prostituta (o en su caso, un guapo gigoló) o bien, masajes u otros servicios de índole erótica.

¿Y por qué contratarlo?
Como lo dije al inicio de este post: por salud y paz mental.

Dejando de lado, por supuesto, los prejuicios que hay alrededor de este tipo de actividades, donde se estigmatiza al proveedor del servicio sexual (y ni se diga a quien lo contrata) no hay que negar que las ventajas son muchas.
Te dejas de dramas y pagas exactamente por lo que estás buscando sexualmente, con certeza y sin jugar a complicadas adivinanzas sociales y personales.

No hay condiciones, ataduras ni compromiso.

Es una forma libre de estrés de mantener tus opciones de citas abiertas a tantas personas (o servicios eróticos) como desees sin sentimiento de culpa, y es una oportunidad de experimentar nuevas emociones y encontrar otras que se adapten aún mejor a ti.

Vivir la fantasía

A este redondo mundo venimos a ser felices, satisfacer nuestras mundanas necesidades es una de las cosas que hay que hacer para tal cometido. Si hay algo que te apetece hacer con alguien o que nunca tuviste la oportunidad de hacer con una pareja anterior, una cita con un proveedor de servicios sexuales es tu oportunidad de hacerlo realidad, siempre que sea seguro, legal y que te presten el servicio solicitado.

Obtienes lo que buscas

El proveedor de servicios sexual está ahí para ofrecerte compañía, consuelo, afecto y una escucha que te haga sentir mejor contigo mismo y te ayude a olvidar un rato tus problemas mediante su servicio.


Puedes expresar libremente tus opiniones, sentimientos, pensamientos e incluso secretos personales que te incomode contar a tus seres más queridos, y no serás juzgado.

Obtienes lo que buscas sexualmente con certeza y sin jugar a complicados juegos de adivinanzas sociales y personales.
No hay ataduras ni juegos sociales que te confundan. Sabes en lo que te estás metiendo y hay un final claro.

La advertencia: No hay atracción sexual genuina.

Ellos están haciendo un trabajo y tú eres un cliente. Si es un buen proveedor, te sentirás muy bien, mientras que ellos sentirán que están haciendo un buen trabajo.
Si te permites encariñarte emocionalmente, sufrirás síntomas similares a los de una ruptura, ya que ellas(os) no se encariñan. No pueden encariñarse con un cliente. Tú eres solo “otro cliente”.


Estás comprando un servicio. Tus finanzas se transfieren a servicios sexuales, nada más.
Los profesionales del sexo no están obligados a excitarte sexualmente. Lo intentarán, pero si no lo consiguen, no tienen la obligación de seguir intentándolo. Adoptan un comportamiento sexual, pero no garantizan el resultado, ello depende de ti.

En una palabra, busca un proveedor de servicios sexuales para obtener una liberación sexual, no esperes una “experiencia de relación”. Solo es la persona adecuada a tus necesidades sexuales en ese momento. Punto.
Negocia por adelantado tus expectativas para evitar decepciones. Tus expectativas y las expectativas del proveedor son a veces diferentes. Asegúrate de ser lo más minucioso posible en los acuerdos y reglas del servicio para evitar malentendidos. Pero deja también algo de misterio en cuanto a lo que ocurre exactamente. A veces resulta mejor dejarse sorprender; simplemente mantente en la misma sintonía.

Mientras mantengas prácticas sexuales seguras con personas de confianza, en general todo irá bien.

Sé consciente de las leyes de servicios de esta índole de tu zona, y ten cuidado si vas a ver a una trabajadora o trabajador sexual; intenta ver a la misma persona o máximo a dos.

Ya sé qué dije anteriormente que “los que quiera” pero, aunque es divertido estar como en trampolín probando cuanto servicio te encuentres. Siempre asegúrate que sea un servicio profesional, aunque solo tener uno o máximo dos proveedores frecuentes del servicio es más recomendable porque es más seguro así.

Sin prejuicios

Olvídate de las reglas sociales, esto se trata de ti, la realidad es que no todos obtenemos lo que queremos en casa y la mayoría de las veces – y entonces para evitar el colapso mental – es más sano buscarlo afuera; esto suena fuerte, pero es realidad pura.

Y no se trata de traicionar al ser querido del otro lado de tu cama, esto puede sonar egoísta, pero de lo que se trata es de no traicionarte a ti mismo.

Que no se vuelva adicción

El sexo está bien dentro o fuera del matrimonio y la adicción sexual puede darse en parejas casadas. El error, más que decir —pecado— es dejar que el sexo controle tu vida en lugar de ser tú quien la controle. La clave de la felicidad es el equilibrio y la armonía y no volverse no solo adicto al sexo, sino también a la comida, el trabajo, los juegos o cualquier otra cosa.

Y es que pecar no tiene nada que ver con Dios, tiene que ver con protegerte de ti mismo.

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